Motos por Colombia en su propuesta de “pontón” para inicio de año, nos ha manifestado la voluntad de rodar hacia este municipio antioqueño, todavía no visitado por muchos de nosotros. En esta ocasión, como en las anteriores, todo ha resultado, como decía un amigo: maravillosamente bien y… nosotros: fuimos felices!
Desde las 4:30 a.m. suena el despertador para algunos de los viajeros y justo en ese momento, se da inicio a la aventura. Todos debemos llegar al punto de encuentro entre las 6:00 y las 6:30 a.m… o nos dejan! Y como nadie quiere llegar tarde para compartir el primer café de la mañana y saludar a los compañeros de rodada: Alejandro, Betty, Carlos, Felipe, Gustavo, James, Lucho, Marcela, Sandra, Liliana y por su puesto Pepe entonces inicia el viaje.
Abrazos, saludos cordiales, recuerdos del último encuentro y la voz cantante, go, goo, goouu que traduce: a sus motos que… nos fuimos.
El tráfico en Cali aun no desespera pero la autopista Cali-Yumbo ya tiene su acostumbrado “parqueadero” lleno. Logramos pasar sin novedad y se dio inicio, de verdad, a la rodada, con Gustavo adelante y Lucho al final porque ellos están comunicados… el clima, ya nos prometía altas temperaturas.
En Tuluá descubrimos que las famosas Metzeler Tourance, hechas en China, se ponen porosas y causan esa pinchada que se resuelve únicamente con la compra de una llanta nueva… algo más de dos horas incluido el desayuno, muy bien atendidos… seguimos el camino, sin novedad… bordeando el rio Cauca… nuestra amada naturaleza nos entregó temperaturas cercanas a los 40ºC y nadie, nadie perdió la sonrisa.
Almuerzo en La mayoría del San Juan y finalmente Titiribí1.
Una vez instalados en el Hotel El Gourmet de la Abuela Inés, a media cuadra de la Plaza de Bolívar2, con la alcaldía3 de estilo republicano como muchas de sus edificaciones y la iglesia de Nuestra Señora de los Dolores4 como marcos, empezó la terapia mas relajante que todos conocemos, la de tardear y disfrutar de cada detalle del pueblo y de las historias de los compañeros de viaje.
Con un mensaje: Los espero en la terraza y con la foto del Parque Educativo Juan Bautista Montoya y Florez5, se nos propone el inicio de otro grato momento, recurrente durante la visita… y tomamos café en la Tienda de café Titiribí, el fruto con el que, en el pasado, la región fue próspera, como consta en el libro: La Expedición Helvética que narra el viaje de exploración científica por Colombia en el año de 1.910… Y conversamos con Diego el alcalde saliente 2012 -2015… y aprendimos a querer a su gente… y nos tomamos foto con el personaje del pueblo… y nos cubrió la luna, una luna mágica de la que Sandra nos contó que oculta un conejo… y lo buscamos… y lo encontramos y la magia ya se había apoderado de todos o mejor, la magia se apoderó de cada uno porque Titiribí tiene eso que hace de un pueblo, un lugar mágico, no solo por su belleza dentro y fuera de la ciudad sino porque allí se juntan lo fascinante de las culturas del suroeste antioqueño con el misterio de los pueblos mineros. Y dando la media noche decidimos que era hora de dormir.
Y amaneció y todos escuchamos las campanas de la iglesia y nos pareció que su tañido, de cada quince minutos, nos gusta.
Y nos fuimos en camperos hasta la región de La Meseta6, por la vía “de rieles”, una vía con una pendiente no comprensible en algunos tramos, pero antes visitamos la hacienda Suiza-Mejía antiguamente de la familia suiza Heiniger, donde el burro Carolo vio la luz y se convirtió en un semental de hermosas mulas de paso fino que se exhiben en el festival anual de asnales, mulares y capones, en el mes de julio. Al regreso, siguiendo la sabia recomendación de Felipe, decidimos usar la vía tradicional porque eso de ser padres responsables no permite un retorno tan agreste. En la meseta visitamos la Capilla del Sagrado Corazón de Jesús y el nuevo Centro educativo.
Por la tarde visitamos el hermoso Circo teatro Girardot7 declarado bien de interés cultural de la nación, en el año de 1998 y para tardear escogimos la subida al cerro de La virgen desde donde se disfruta de un hermoso paisaje sobre Titiribí, sus montañas y la población de Armenia mantequilla.
Y nos fuimos a dormir porque teníamos que madrugar y escuchamos las campanas de la iglesia e iniciamos a las 6:40 am el regreso que después de una gran jornada, nos pone tristes aunque nadie perdió la sonrisa. Y Carlos nos brindó salpicón en El Pipintá y Alejandro nos brindó café en Uribe.
Y Sandra prometió que en la próxima rodada nos contará la leyenda del conejo en la luna… entonces: hasta la próxima!
Liliana P.
Agradecimiento del alcalde saliente de Titiribí, Diego Montoya